lunes, 4 de junio de 2012

ANÍBAL BARCA Y SU PASO POR LOS ALPES
Aníbal y su ejército ya habían cruzado la frontera entre la Galia e Hispania, y estaban a un paso de llegar a los Alpes.
El invierno acechaba y estaban en la ladera Gala.
El ejército de Aníbal se reducía paulatinamente, pero el motivaba a los soldados:
¡¡ODIO ETERNO!! ¡¡ODIO ETERNO A ROMA!!- gritaba Aníbal a sus soldados.
¡¡SÍ, ODIO ETERNO!! ¡¡A ROMA!!-respondieron al mismo tono los soladados.
A pesar de sus motivaciones los hombres se reducían a centenares y los elefantes también pero menos, ya que los elefantes gracias a su masa corporal podían soportar mejor las  bajas temperaturas.
Traspasaron los Alpes germanos y llegaron a Roma, donde el Sol resplandecía lo justo para cometer una masacre y acabar con la ciudad.

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